¡EMPECEMOS!
"Creo que la segunda mitad de la vida está destinada a ser mejor que la primera. La primera mitad se trata de descubrir cómo hacerlo. La segunda mitad se trata de disfrutar".
~Frances Lear
Gracias a mejores opciones alimenticias y a una mejor atención veterinaria, hoy en día los perros viven vidas más largas y satisfactorias. Debido a una mayor esperanza de vida, los perros pueden enfrentarse a más problemas de salud relacionados con la edad, como la artritis, la diabetes y los problemas gastrointestinales. Por eso, es una buena idea que aprendas cómo cuidar a tu perro cuando sea mayor. A medida que un perro envejece, sus necesidades nutricionales comienzan a cambiar.
Saber cuándo es el momento de comenzar a cambiar la dieta de tu perro adulto a una dieta para perro sénior puede resultar complicado. Pero, si se investiga un poco y se consulta con el veterinario, podrías tener una idea de cuándo es el momento adecuado. Existen varios factores diferentes que pueden determinar cuándo un perro se considera como "sénior". Entre estos se pueden incluir la raza, la genética y el estilo de vida. Los perros de razas más grandes suelen tener necesidades alimentarias sénior antes que los perros de razas más pequeñas, y los perros con estilos de vida más activos suelen retrasar los efectos del envejecimiento durante más tiempo. Por lo general, un perro de raza gigante se puede clasificar como sénior a partir de los cinco años, un perro de raza grande a partir de los seis años y un perro de raza pequeña o mediana a partir de los siete años.
¿QUÉ NECESIDADES TIENEN LOS PERROS SÉNIOR?
A medida que los perros envejecen, es posible que experimenten más problemas de salud. Entre estos problemas se incluyen el envejecimiento de las articulaciones, enfermedades, una digestión delicada y la ayuda necesaria para mantener un peso saludable.
Consumo de energía
A medida que los perros envejecen, sus niveles de actividad pueden disminuir y su ritmo metabólico se empieza a reducir. Algunos perros sénior atraviesan cambios en cuanto a su composición corporal, debido a que pierden masa muscular magra y ganan grasa corporal. Esto puede provocar un aumento de peso y generar más problemas de salud.
Salud gastrointestinal
Los problemas de digestión pueden ser más comunes en los perros mayores y pueden causar síntomas muy molestos como el estreñimiento y la diarrea. Es importante asegurarse de que los perros sénior tengan agua a disposición, hagan ejercicio con regularidad y lleven una dieta de calidad adaptada en función de la etapa de su vida.
Articulaciones
A medida que el perro envejece, las afecciones como la artritis, el dolor en las articulaciones y la obesidad son más propensas a desarrollarse. Las mismas pueden deberse a una serie de razones, como el aumento de la tensión en las articulaciones y la genética.
Enfermedades dentales
Las enfermedades dentales pueden ser otro problema para las mascotas sénior si, durante la edad adulta, no recibieron el cuidado dental adecuado. Si el perro sufre de enfermedades dentales graves, una buena idea es analizar algunas opciones alternativas con el veterinario. La salud de tu mascota es muy importante, así que recordá que un veterinario debe examinar a tu perro al menos una vez al año. Es más fácil prevenir un problema de salud que tratarlo.
Pérdida del apetito
Cuando los perros empiezan a envejecer, se puede producir la pérdida del apetito. Esto se puede deber a que no queman la misma cantidad de energía, por lo que su apetito disminuye. En el caso de otros perros, se puede deber a que presentan problemas dentales que les producen molestias cuando intentan comer. Otros simplemente empiezan a perder el sentido del olfato y del gusto, por lo que no disfrutan tanto de la comida.
¿QUÉ ALIMENTO DEBERÍA COMER UN PERRO SÉNIOR?
Debido a que los perros sénior pueden sufrir muchos problemas, es importante elegir una dieta que permita prevenir y aliviar los problemas. Para cada uno de los problemas mencionados anteriormente, te presentamos algunos ingredientes que se deben tener en cuenta a la hora de elegir la dieta de un perro sénior.
Consumo de energía
Con el fin de manejar las diferentes necesidades energéticas y el metabolismo más lento de un perro sénior, las dietas para perros sénior deben tener una cantidad controlada de calorías a fin de mantener sus niveles de peso saludables. Las dietas que son demasiado altas en calorías pueden provocar un aumento de peso si el ejercicio no se adapta a sus necesidades energéticas. Para combatir la pérdida de masa muscular magra, buscá dietas para perros sénior que tengan proteínas de máxima digestibilidad a fin de garantizar que el cuerpo absorba y utilice la proteína en lugar de almacenarla como grasa.
Salud gastrointestinal
Las dietas para perros senior deben contener fibra y prebióticos que ayuden a la digestión. Los perros gerontes pueden sufrir estreñimiento y otros problemas gastrointestinales, por lo que una dieta con mayor contenido de fibra y prebióticos puede ayudarlos a regularizarse y estar cómodos.
Articulaciones
Buscá fórmulas para perros senior que contengan glucosamina y sulfato de condroitina, sumado a aceites omega-3, que ayuden a reducir la inflamación de las articulaciones y a aliviar cualquier malestar. De esta forma, los ayudarás con los problemas de las articulaciones y la artritis. Se pueden reducir, e incluso evitar, los efectos de estas afecciones cuando se administra un dieta de alta calidad a un perro sénior, junto con ciertas medidas preventivas.
Enfermedades dentales
Todas las fórmulas Eukanuba™ Senior incluyen nuestras croquetas de fácil masticación que brindan protección dental para ayudar a reducir la formación de placa y mantener los dientes fuertes.
Pérdida del apetito
Algunos dueños prefieren mezclar alimento húmedo en las comidas de sus mascotas para evitar la pérdida del apetito y alentar a los perros sénior a comer. El alimento húmedo puede tener un delicioso aroma que ayuda a tentar a los perros sénior y las texturas más suaves resultan más fáciles de masticar para los perros con dientes sensibles. También podés intentar dividir el alimento en dos o tres comidas al día, esto puede ayudar a controlar a los más quisquillosos y a reducir los desperdicios. Si sigue sin comer, podría tratarse de otro problema, por lo que una visita al veterinario es una buena idea para descartar cualquier preocupación.
